lunes, 14 de abril de 2014

En el 83 aniversario de la proclamación de la II República

Hoy, 14 de abril, se conmemora el 83 aniversario de la proclamación de la II República Española.

Es una fecha en la que mucha gente sale a la calle, participa en los actos de homenaje que se realizan por todo el estado, como una manera más de reivindicar justicia para el pueblo, justicia para la clase trabajadora.

Las realidades históricas que se vivían en 1931 y las que se viven en la actualidad son muy diferentes. La II República fue proclamada por los sectores progresistas de la población en aquel entonces (la clase obrera, el campesinado y la pequeña y mediana burguesía) contra la monarquía borbónica, en un esfuerzo por superar los vestigios que aún quedaban del sistema feudal, que perduraban sobre todo en el campo, y por superar también la falta de derechos civiles, consolidando una república democrático-burguesa.

Pero los derechos conquistados durante este periodo, y especialmente la fuerza revolucionaria que adquiría cada vez más el movimiento obrero, no podían ser asumidos por una clase dominante que veía peligrar sus intereses, y que miraba con terror los enormes progresos del nuevo estado obrero, la URSS. Las clases dominantes encontraron la salvación en el fascismo, y el 18 de julio de 1936 comenzaba, con el golpe militar, el episodio más trágico de la historia para la clase obrera y los sectores populares de este país. Miles de trabajadoras y trabajadores, de estudiantes, de campesinos pobres, fueron asesinados por el terror fascista, por la bestia que trataba de mantener los intereses de la burguesía hasta la última de las consecuencias. Desde la A.U. Miguel Hernández reivindicamos la figuras de todos los héroes y las heroínas que murieron luchando contra el fascismo y por la clase trabajadora y el pueblo.

En la actualidad, la realidad que nos encontramos es muy diferente. La burguesía está totalmente consolidada, el sistema capitalista goza de un enorme desarrollo de las fuerzas productivas y de los medios de producción, pero que no es capaz de responder ni siquiera a las necesidades más básicas de los que todo lo producen, de la clase trabajadora y de los sectores populares, que se ven despojados de sus viviendas, que no ganan lo suficiente para comer… La razón de esto la encontramos en que, aunque el trabajo sí que es social, las mejoras técnicas, el desarrollo de los medios de producción, todos los avances obtenidos se encuentran en propiedad de unos pocos, de la clase social dominante.

Por esta razón no vale cualquier tipo de república, por ello es imposible una “república solidaria”, una “república popular” que no cuestione la propiedad de dichos medios de producción, que no cuestione la explotación del hombre por el hombre. No vale sólo con cambiar la apariencia del sistema capitalista, es necesario, hoy más que nunca, romper con este sistema que ya no ofrece más avances para la clase trabajadora, es necesario organizarse y luchar por la destrucción del capitalismo, y por una república que garantice el poder de la clase obrera y los sectores populares y la autodeterminación de los pueblos, la república socialista.

“Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.” Miguel Hernández