viernes, 24 de enero de 2014

¡Que viva la lucha de las bedeles!

La razón de la huelga de bedeles era que la empresa adjudicataria, Munda Ingenieros, planteaba un ERE del 30% de la plantilla (unas 31 personas). Un ERE cargado de incógnitas por las cifras. Por un lado, no cuadraban con el recorte presupuestado por la universidad, que era de poco más de un 8%. Por otro, la empresa solo estaba obligada a asumir un máximo del 20% de recorte presupuestario. Por tanto, se trataba de un acuerdo entre universidad y empresa. 

La empresa, Munda Ingenieros, obtiene grandes beneficios. De hecho, cobra más de 12 euros por hora trabajada, pagando apenas 4 a sus trabajadoras y trabajadores. Aunque este coste se verá incrementado por otros tributos para la empresa, sí que obtiene un gran beneficio a costa del salario y de las condiciones laborales de bedeles. De hecho, hay bedeles con diferentes contratos, llegando a cobrar 288 euros al mes por trabajar una semana sí y otra no, lo que dificulta tener otro trabajo con el que complementar los ingresos. La persona que más cobra apenas llega a los 700 euros mensuales. 

La universidad es la que permite esta explotación, favoreciendo la entrada de empresas privadas no solo en este servicio, sino en muchos otros de la universidad: reprografía, cafetería, limpieza… Mientras tanto, las empresas privadas entran por esta vía en la universidad pública, llevándose grandes beneficios mientras las y los estudiantes ven cómo les suben las tasas y les reducen las becas. En definitiva, menos por más, y las empresas privadas llevándose enormes ganancias con el beneplácito de la URJC.

Ante esta situación, la convocatoria de una huelga era necesaria, prueba de ello es que fuese seguida desde el primer día por el 100% de la plantilla. En este primer día las y los bedeles hicieron una concentración frente al Rectorado de la universidad en Móstoles. En esta concentración enseñaron sus nóminas, denunciando la precaria situación en la que se encontraban. Entretanto, la universidad ordenaba a seguridad que hiciese dobles jornadas y que se encargase de abrir las clases “por motivos de seguridad”, asumiendo funciones que no les competían. Sin embargo, esto no era suficiente para evitar que se notase la huelga: los proyectores no funcionaban, las tizas empezaban a escasear, las aulas no eran cerradas cuando acababa la clase, en la biblioteca reinaba el caos… Esta situación se repitió al día siguiente, cuando las trabajadoras y trabajadores recogían firmas en apoyo a su causa.

Este segundo día de la huelga, las trabajadoras y trabajadores eran convocadas a una asamblea en Móstoles para corroborar un preacuerdo. El preacuerdo consistía en un ERTE de 80 días por año trabajado y un despido voluntario. El ERTE no afectaría por igual a todas las personas, ya que hay quien tiene contratos por los que trabaja dos semanas al mes, otras personas tienen contrato de todas las semanas… El acuerdo fue corroborado por las y los bedeles.

Este acuerdo supuso una mejora en las situación que se presentaba a las trabajadoras y trabajadores con respecto al ERE. Sin embargo, supuso un empeoramiento de sus condiciones laborales, que repetimos: ya eran muy precarias. 

Desde la Asociación Universitaria Miguel Hernández (AUMH) consideramos que esto es consecuencia de un sistema económico que no permite que la clase trabajadora mejore sus condiciones laborales. Asimismo, queremos hacer responsable de las condiciones precarias de las y los bedeles a la externalización del servicio. La empresa privada busca conseguir el máximo dinero posible de la adjudicación, aunque esto sea a costa de la calidad del servicio.

En cuanto al comportamiento de los delegados sindicales de Comisiones Obreras (CCOO), su actuación en la huelga dejó mucho que desear. Partieron las negociaciones proponiendo un ERTE y boicotearon las asambleas y acciones que tanto estudiantes como bedeles querían realizar. Esto puede llevarnos a pensar que el pacto se había hecho antes de la huelga, y que esta fue solamente un lavado de cara para el sindicato.

A pesar de esto, valoramos positivamente las dos jornadas de huelga al haberse conseguido la unidad de estudiantes y profesorado con las y los bedeles. 

Alumnas y alumnos apoyando a las y los bedeles en el patio del aulario del Campus de Vicálvaro.

Pancarta elaborada por estudiantes de la URJC en apoyo a la huelga de bedeles.

¡Viva la lucha de la clase obrera! 
¡Fuera las empresas de la universidad!

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